520. ¿En qué se inspira el amor a los pobres?

El amor a los pobres se inspira en el Evangelio de las bienaventuranzas y en el ejemplo de Jesús en su constante atención a los pobres. Jesús dijo: «Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt25, 40). El amor a los pobres se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las obras de misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas instituciones benéficas a lo largo de los siglos, son un testimonio concreto del amor preferencial por los pobres que caracteriza a los discípulos de Jesús.


Veja este tema no Catecismo

Párrafo 2443

2443.Dios bendice a los que ayudan a los pobres y reprueba a los que se niegan a hacerlo: “A quien te pide da, al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda” (Mt5, 42). “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt10, 8). Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres (cfMt25, 31-36). La buena nueva “anunciada a los pobres” (Mt11, 5;Lc4, 18)) es el signo de la presencia de Cristo.

Párrafo 2444

2444.“El amor de la Iglesia por los pobres [...] pertenece a su constante tradición” (CA57). Está inspirado en el Evangelio de las bienaventuranzas (cfLc6, 20-22), en la pobreza de Jesús (cfMt8, 20), y en su atención a los pobres (cfMc12, 41-44). El amor a los pobres es también uno de los motivos del deber de trabajar, con el fin de “hacer partícipe al que se halle en necesidad” (Ef4, 28). No abarca sólo la pobreza material, sino también las numerosas formas de pobreza cultural y religiosa (cfCA57).

Párrafo 2445

2445.El amor a los pobres es incompatible con el amor desordenado de las riquezas o su uso egoísta:

«Ahora bien, vosotros, ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas en estos días que son los últimos. Mirad: el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido sobre la tierra regaladamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestros corazones en el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste» (St5, 1-6).

Párrafo 2446

2446. San Juan Crisóstomo lo recuerda vigorosamente: “No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y quitarles la vida; [...] lo que poseemos no son bienes nuestros, sino los suyos” (In Lazarum, concio 2, 6). Es preciso “satisfacer ante todo las exigencias de la justicia, de modo que no se ofrezca como ayuda de caridad lo que ya se debe a título de justicia” (AA8):

«Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia» (San Gregorio Magno,Regula pastoralis,3, 21, 45).

Párrafo 2447

2447.Lasobras de misericordiason acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales(cf.Is58, 6-7;Hb13, 3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos(cfMt25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cfTb4, 5-11;Si17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cfMt6, 2-4):

«El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer que haga lo mismo» (Lc3, 11). «Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros» (Lc11, 41). «Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos o hartaos”, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?» (St2, 15-16; cfJn3, 17).

Párrafo 2448

2448.“Bajo sus múltiples formas —indigencia material, opresión injusta, enfermedades físicas o psíquicas y, por último, la muerte—,la miseria humanaes el signo manifiesto de la debilidad congénita en que se encuentra el hombre tras el primer pecado de Adán y de la necesidad que tiene de salvación. Por ello, la miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador, que la ha querido cargar sobre sí e identificarse con los «más pequeños de sus hermanos». También por ello, los oprimidos por la miseria son objeto de unamor de preferenciapor parte de la Iglesia, que, desde los orígenes, y a pesar de los fallos de muchos de sus miembros, no ha cesado de trabajar para aliviarlos, defenderlos y liberarlos. Lo ha hecho mediante innumerables obras de beneficencia, que siempre y en todo lugar continúan siendo indispensables” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr.Libertatis conscientia, 68).

Párrafo 2449

2449.En el Antiguo Testamento, toda una serie de medidas jurídicas (año jubilar, prohibición del préstamo a interés, retención de la prenda, obligación del diezmo, pago cotidiano del jornalero, derecho de rebusca después de la vendimia y la siega) corresponden a la exhortación del Deuteronomio: “Ciertamente nunca faltarán pobres en este país; por esto te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquél de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra” (Dt15, 11). Jesús hace suyas estas palabras: “Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis” (Jn12, 8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de los oráculos antiguos: “comprando por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias [...]” (Am8, 6), sino que nos invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus hermanos (cfMt25, 40):

El día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, santa Rosa de Lima le contestó: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, somos buen olor de Cristo”.

Párrafo 2462

2462.La limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

Párrafo 2463

2463.¿Cómo no reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola, en la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria? (cfLc16, 19-31). ¿Cómo no escuchar a Jesús que dice: “A mi no me lo hicisteis?” (Mt25, 45).


Acesse nossos estudos biblicos:

La creación del universo y el hombre: ¿qué nos enseña el libro del Génesis? (Génesis 1:1-31)

¿Cuál es el papel de los líderes en la iglesia según 1 Timoteo 3:1-13?

¿Cuál es la importancia de la gratitud y el contentamiento según el libro de Eclesiastés?

¿Qué nos enseña Sabiduría 8:7 acerca de la sabiduría como fuente de virtud y honor?

Amor y amistad: la importancia de las relaciones en la vida (Ec 4,9-12)

El poder de la comunidad: la unidad del pueblo judío en Ester (Ester 9:1-5)

¿Qué nos enseña Baruc 6:2-5 sobre el peligro de confiar en nosotros mismos en lugar de confiar en Dios?