– Imagen de la alegría y novedad que el Mesías traería al pueblo hebreo:
Is 25:6 : El Señor de los ejércitos preparó para todos los pueblos, en este monte, un banquete de manjares gordos.
– Su característica principal sería la universalidad de la convocatoria a esa gran fiesta:
Is 2,2: Al final de los tiempos […] el monte de la casa del Señor […] dominará los collados. Ahí es donde irá toda la gente.
Is 56,6-7 : Porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
Zac 8,20-23 : Muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a buscar al Señor de los ejércitos en Jerusalén, ya implorar el rostro del Señor.
Zac 14:16 : Las naciones que atacaron a Jerusalén vendrán […] a adorar al rey […] y celebrar la Fiesta de los Tabernáculos.
– En el NT permanece la misma idea de la gran fiesta mesiánica, limitada, sin embargo, sólo a los judíos. Jesús luchó contra eso:
Mt 8,5-13 : Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Sólo di la palabra y mi siervo será sanado.
Mt 15,21-28 : Y he aquí, una mujer cananea […] gritó: “¡Señor, hijo de David, ten piedad de mí!”.
Mt 22,2-10 : El Reino de los Cielos se compara con un rey que celebra las bodas de su hijo.
Mt 23,37 : ¡ Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados!
Lc 14,15-24 : Uno de los invitados dijo a Jesús: “¡Bienaventurado el que se sienta a la mesa en el Reino de Dios!”.
– Pedro se mostró reacio a aceptar la universalidad del Reino:
Hechos 10:9-48 : “Lo que Dios limpió, no lo llames inmundo”. Esto se repitió tres veces.
Hechos 11:1-18 : Los apóstoles y hermanos en Judea oyeron que aun los gentiles habían recibido la Palabra de Dios.
– Pablo también entendió esto con dificultad, después de perseguir a los cristianos:
Hechos 9:1-9, 10-19 : Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco, donde permaneció tres días sin ver ni comer.
Hechos 15:13-17 : Simón narró que Dios comenzó a mirar a las naciones paganas para tomar de ellas un pueblo que llevaría su nombre.