– Es ese pequeño grupo que escapó de los invasores (597 aC) y del cual Dios promete hacer surgir una gran nación:
Is 4,3: Lo que quede de Sion, los sobrevivientes de Jerusalén, serán llamados santos.
Is 6:13 : Si quedara la décima parte de la población, será arrojada al fuego, como la encina y la encina.
Is 10,19-21 : Quedarán tan pocos árboles en vuestro bosque que un niño podrá contarlos.
Am 5:15 : ¡Quizás entonces el Señor, Dios de los ejércitos, tenga misericordia de lo que queda de José!
– Más tarde el “remanente” se encontraría entre los deportados (582 aC), los pobres de Yahvé:
Jer 40:11 : Sabiendo, a su vez, que el rey de Babilonia había dejado el resto del pueblo en Judá.
Jeremías 44:28 : Los pocos que escapen de la espada volverán de Egipto a Judá.
Sof 3:13 : El remanente de Israel se abstendrá de todo mal, y no hablará mentira.
Zac 8,12-13 : Haré que todo prospere: la vid dará su uva y la tierra su fruto.
Zac 13,8-9 : En toda la tierra -oráculo del Señor- dos tercios de los habitantes serán exterminados y un tercio permanecerá.
– De este remanente surgirá el renuevo justo, el Yahvé-Nuestra-Justicia, el Mesías:
Jer 33,14-16 : Y en aquellos días y en aquellos tiempos haré que nazca de David un retoño justo.
– Dios no abandona a su pueblo, por eso no debe temer, sino alegrarse porque el Señor está con él:
Sf 3,14-18 : ¡Grita de júbilo, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, oh Israel!
– Estas son las mismas palabras que Lucas pone en boca del ángel, al dirigirse a María, para dar a entender que la profecía de Sofonías se cumple en la encarnación del Hijo de Dios:
Lc 1,30 : El ángel le dijo: “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios”.
– Ver CORAZÓN.