– Con una rama de esta planta se rociaba con agua a la gente en el pasado. El nombre migró al rociador de metal que se utiliza hoy en día para rociar a los fieles con agua bendita en determinadas ocasiones del año litúrgico:
Sal 50:9 : Rocíame con una rama de hisopo y seré limpio. Lávame y seré más blanco que la nieve.
– En el AT, el pueblo era rociado con la sangre de los animales ofrecidos al Señor para que, de esta forma, todo el pueblo pudiera participar del sacrificio:
Ex 24, 8 : Moisés tomó la sangre para rociar con ella al pueblo: “He aquí […] la sangre del pacto que el Señor hizo con vosotros”.
– También de esta manera se rociaban personas y objetos para ser purificados para el Señor
Núm 19:18 : Un hombre limpio, después de haber mojado en él hisopo, rociará con él la tienda y todos sus utensilios.
– En la institución de la Pascua, la sangre del cordero, rociada en los marcos de las puertas, servía de protección contra el ángel exterminador:
Ex 12:22 : Toma un manojo de hisopo, empápalo en la sangre[…] y rocía el marco con esa sangre.